sábado, 9 de septiembre de 2017

El Carnicero Y El Perro Comprador



Un carnicero estaba atendiendo su negocio y se sorprendió al ver entrar un perro al local.
Lo espantó, pero el perro volvió enseguida.
Nuevamente intentó espantar al perro, cuando se dio cuenta que traía una nota en el hocico.
Tomó la nota y leyó:
‘Podría mandarme seis chorizos, un kilo y medio de vacío y dos kilos de asado’
El perro también traía dinero en el hocico. El carnicero noto que era suficiente para el pedido, así que se lo preparó, enseguida.
El carnicero estaba muy impresionado y como ya iba siendo hora de cerrar el negocio, se apresuró a cerrar y decidió seguir al perro comprador.
Y así se fue siguiendo al perro que llevaba la bolsa en el hocico.
Tras salir del local el perro se dirigió a la derecha y comenzó a caminar, hasta llegar a la esquina. Dejó la bolsa en el suelo, se sentó y esperó. En cuanto el semáforo le dio paso, tomo la bolsa y siguió su camino hasta la parada del colectivo. Puso la bolsa sobre el banco, salto y se sentó al lado de la bolsa.
Llegó el colectivo, el perro se incorporó como para levantarse, pero volvió a sentarse. Y así con los siguientes colectivos.
Cuando llegó el siguiente el perro miró, y entonces tomó la bolsa salto del banco, se dirigió al colectivo y subió. Pagó el pasaje con la tarjeta que llevaba colgando del collar y se fue a sentar.
 El carnicero con la boca abierta y los ojos desorbitados, decidió seguirlo.
Luego de varias paradas el can se levando y parándose en las patas traseras tocó el timbre para descender, y todo esto con la bolsa en el hocico.
Habiendo bajado del colectivo el perro y el carnicero fueron caminando por la calle, hasta que el perro se detuvo frente a una casa y puso la bolsa sobre un banquito al lado de la puerta.
Entonces golpeó con la cabeza varias veces la puerta. Pero nadie respondió al llamado.
Dio la vuelta, saltó una cerca y se fue para el fondo, donde repitió los golpes sobre una ventana varias veces.
Regresó al frente a los saltos hasta la puerta en el momento que un tipo abrió  y amenazó con golpearlo con un periódico enrollado.
Cuando el carnicero vio la escena, lo impidió diciéndole al tipo:
-¡Por dios! ¿Qué va a hacer? Ni se le ocurra, su perro es un genio…
El tipo evidentemente enojado le respondió de mala manera.
-¿Un genio? See, Seguro. Esta es la tercera vez en la semana que este perro tonto se olvida, ¡las llaves!

Moraleja
Podrás continuar excediendo las expectativas, 
pero a los ojos de tu jefe, 
siempre estarás por debajo de lo esperado.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario