sábado, 29 de octubre de 2016

Mi Viejo Cubo



Durante la era Kamakura, cuando la monja Chiyoko era una estudiante de zen bajo la guía de Buko, en el monasterio de Engaku, tuvo que esperar muchos años antes de degustar el sabor de la meditación.
Cierta noche de luna llena, Chiyoko traía agua del pozo en un viejo cubo atado con hojas de bambú.
Estas se rompieron y la base del cubo se desprendió, derramándose toda el agua al exterior.
En ese instante, Chiyoko se liberó y en conmemoración del momento escribió este poema:
Día tras día traté de salvar mi viejo cubo, pues las tiras de bambú estaban debilitándose y amenazaban con romperse.
Hasta que al fin la base cedió.
¡No hay ya agua en el cubo!
¡No hay ya luna en el agua!

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