domingo, 7 de junio de 2015

No Juzgar
























Pocos de nosotros causamos daño físico a otras personas; 
nuestra forma principal de agresión surge de nuestra boca:

Existen dos momentos en los que debemos mantener la boca cerrada: 
cuando nadamos y cuando estamos molestos o enojados.
Cuando juzgamos que los demás se han equivocado,
nosotros llevamos la razón, y eso nos encanta.
Deberíamos preocuparnos únicamente
por nuestro propio comportamiento,
nuestros propios actos cometidos u omitidos.
En lugar de mirar constantemente a nuestro alrededor
y juzgar a todos, analicemos nuestro propio comportamiento:
lo que hemos hecho y lo que no. 
No es necesario que nos juzguemos,
sino simplemente que notemos como actuamos.

Si comenzamos a juzgarnos a nosotros mismos 
habremos establecido un ideal, una determinada forma de actuar 
que pasaremos a considerar como acertada 
y caeremos en otra trampa de la mente.

Tenemos que ver nuestros pensamientos reales, 
ser conscientes de lo que es verdad para nosotros, 
y al hacerlo notaremos que detrás del juicio 
existe un pensamiento egocéntrico que nos produce 
tensión en nuestra mente y también en nuestro cuerpo.
Un aspecto importante de nuestra práctica implica tomar,
tener amplitud de conciencia y eso también supone
tomar conciencia de esta inclinación.
Es importante no pasar por alto
áreas importantes de nuestra vida,
porque gran parte de ella tiene que ver
con la comunicación con los otros,
con el hablar y las diferentes maneras de hacerlo.


Charlotte Joko Beck con Steve Smith



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