viernes, 22 de mayo de 2015

Amanecer




En tierras lejanas, tan lejanas como su misma historia, entre colinas de silencio y aire de extraños, comienza una aventura común a todos los días: “el amanecer”.

Nacen nuevas ilusiones y mueren aquellas que la tristeza dejó escapar, esa tristeza que a veces se deja acostumbrar.

Pero no hay un solo día en que él no se levante.

Observando el horizonte, aquella hermosa luna que tanto quisiera alcanzar, medita una y otra vez que hoy será un buen día.

Toma sus armas y sale de caza.

La selva siempre es peligrosa.

Lo inesperado llega y la rutina se deja confiar.

Todas las mañanas besa por última vez a su mujer soñando que logra regresar.

Antes de salir mira hacia atrás y vuelve a meditar “quizá hoy sea un buen día”

Su amigo aguarda como siempre en el umbral, con su mirada al infinito.

Al único lugar que puede permitirse mirar.

Una sola idea; volver a casa.

Ningún amanecer es fácil en este mundo tan particular.

Pero la noche, la noche nunca los debe de alcanzar.

El temor a la risa de la noche está bien fundado.

Nunca deben permitir que el manto oscuro los venga a abrigar, pues dicen que en vastas ocasiones solo te desea asfixiar.






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