domingo, 12 de abril de 2015

Nadie Verdaderamente Importante


En la hora de su muerte, un gran maestro de derviches, viéndose rodeado por todos sus discípulos, dijo:
- Quiero compartir con vosotros algo que he aprendido en esta vida.
 Expectantes, los discípulos se acercaron un poco más al lecho de su maestro, quien siguió diciendo:
 – Yo nunca he sido nadie verdaderamente importante.
Y dicho esto, el anciano cerró sus ojos y entregó el alma.

Esto no fue entendido por la mayoría, pero para otros fue la lección de humildad más increíble.

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