sábado, 1 de noviembre de 2014

El Santo Y El Diablo


Cierto día, un gran santo, caminando entre las arenas del desierto en peregrinación a la Ciudad Santa, se encontró cara a cara con el diablo, quien también se dirigía al mismo lugar.

El santo, compadeciéndose del demonio, le saludó y quiso hacerle compañía durante cierta distancia.

Así, mientras caminaban, se interesó por su trabajo.

A lo que el diablo contestó:

 - Para los hombres y mujeres santos, da igual que les tiente o que no les tiente, pues siempre permanecen fieles a Dios y no se apartan del Camino Recto.
Con los seres humanos normales, unas veces ganan ellos y otras veces gano yo.

Y para cierta clase de seres, no hace falta que yo los tiente, pues ellos hacen mi trabajo mejor que yo mismo.





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