domingo, 24 de agosto de 2014

Coherencia


El semáforo se puso amarillo justo cuando él iba a cruzar en su automóvil y como era de esperar, hizo lo correcto: Se detuvo en la línea de paso para los peatones, a pesar de que podría haber rebasado la luz roja acelerando a través de la intersección.
La mujer que estaba en el automóvil detrás de él estaba furiosa.

Le tocó la bocina por un largo rato e hizo comentarios negativos en alta voz, ya que por culpa suya no pudo avanzar a través de la intersección... y para colmo, se le cayó el celular y se le regó el maquillaje.
En medio de su pataleta, oyó que alguien le tocaba el cristal del lado.

Allí, parado junto a ella, estaba un policía mirándola muy seriamente.
El oficial le ordenó salir de su coche con las manos arriba, y la llevó a la comisaría donde la revisaron de arriba abajo, le tomaron fotos, las huellas dactilares y la pusieron en una celda.
Después de un par de horas un policía se acercó a la celda y abrió la puerta.

La señora fue escoltada hasta el mostrador, donde el agente que la detuvo estaba esperando con sus efectos personales:
- "Señora, lamento mucho este error", le explicó el policía.


-"Yo le mandé que saliera de su coche mientras usted se encontraba tocando la bocina fuertemente, queriendo pasarle por encima al automóvil del frente; usted estaba maldiciendo, gritando improperios y diciendo palabras soeces; mientras yo la observaba, me percaté que:
- De su retrovisor cuelga un rosario,
- Su carro tiene en la defensa una calcomanía que dice: "Jesús te ama",
- Su tablilla tiene un borde que dice "Amor y paz",
- Otra calcomanía que dice: "Practica la meditación"
- Y, finalmente, el emblema cristiano del pez.
¡Como era de esperarse, supuse que el auto era robado!"


La importancia de ser coherentes
entre lo que creemos, 
lo que decimos y lo que hacemos.


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