sábado, 19 de julio de 2014

Tan Sólo Vi Un Problema


En cierta ocasión, un monje errante, procedente de Shaolin, entró en una pequeña aldea que estaba sometida por un terrible bandido experto en artes marciales. 
La fama del malhechor era conocida en toda la región y solamente su nombre producía espanto entre la gente, incluso entre los luchadores locales. 
Paseando tranquilamente por la calle, el monje vio a un hombre destrozando el mobiliario de una tienda y decidió intervenir. 
A pesar de las advertencias de los oriundos, redujo al famoso villano y lo entregó a las autoridades mientras todos le miraban con asombro. Intrigado, el alguacil le preguntó si sabía quién era el hombre a quien había vencido, pero el monje se encogió de hombros y dijo 
- Tan solo vi un problema y quise solucionarlo, pero no conozco el nombre del problema porque los nombres suelen traer más problemas añadidos. Ante una situación injusta hay que intervenir sin preguntar quién la está realizando. 
De esa manera no se verá afectado tu juicio – 
Y así, sin más, el monje se despidió y siguió su camino hacia otra aldea.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario