lunes, 10 de marzo de 2014

El Loco...


Fue en el jardín de un manicomio que conocí a un joven de rostro pálido y hermoso y lleno de encanto.
Sentándome a su lado sobre el banco le pregunté:
“¿Por qué estás aquí?”
Me miró asombrado y respondió:
“Es una pregunta inadecuada, sin embargo, contestaré:
Mi padre quiso hacer de mí una reproducción de sí mismo; también mi tío.
Mi madre deseaba que fuera la imagen de su ilustre padre.
Mi hermana mostraba a su esposo navegante como el ejemplo perfecto a seguir. 
Mi hermano pensaba que debía ser como él, un excelente atleta.
Mis profesores, como el doctor de filosofía, el de música y el de lógica, ellos también fueron terminantes, y cada uno quiso que fuera el reflejo de sus propios rostros en un espejo. 
Por eso vine a este lugar.
Lo encontré más sano. 
Al menos puedo ser yo mismo”. 
Enseguida se volvió hacia mí y dijo:
“Pero dime, ¿te condujeron a este lugar la educación y el buen consejo?” 
Yo respondí:
“No, soy un visitante”. 
Y el añadió:
“Oh, tú eres uno de los que vive en el manicomio del otro lado de la pared”.


Khalil Gibrán



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